jueves, 10 de noviembre de 2011

NIÑOS ARRUGADOS

¿Quién no ha tenido la ensoñación de volver a plantarnos en la infancia o adolescencia? De dejar de lado las obligaciones, las corazas, las preocupaciones, las seriedades, los malentendidos, las obligaciones, la cuenta de las heridas… De sentirnos niños de nuevo: de cantar, gritar, chapotear, caernos y levantarnos con una sonrisa… De no dar tanta importancia a las cosas que no la tienen, de volver a ser simple, de llenarnos de ilusión…

Ya se que os sabrá a poco, pero a mi, en estas ocasiones, Sigur Ros, me ayuda a viajar un poco en el tiempo. Disfrutadlo.

Sonriendo.
Girando y girando.
Cogiéndonos de las manos,
el mundo entero se vuelve borroso
pero tú aguantas.

Empapados.
Completamente calados.
Sin botas de goma.
En nuestro interior
queremos nacer rompiendo un cascarón.

Viento
y olor de aire fresco en tu pelo.
Me golpeo en la nariz
tan rápido como puedo.

Chapoteando en los charcos,
completamente empapado,
calado.
Sin botas,
y con sangre en la nariz…
Siempre me acabo levantando.

(Traducción libre de Hoppípolla; chapoteando en los charcos de Sigur Ros)

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