martes, 21 de febrero de 2012

ORGULLOSAMENTE ANTI-ORGULLOSA



Efectivamente, la vida nos da algún cachete de vez en cuando. Algunas veces producen quemazón, otras veces solo algo de picor. Pero lo que no tiene sentido alguno es utilizar el orgullo para protegernos para el siguiente arañazo. Así que: me declaro orgullosamente anti-orgullosa.

No me confundáis, me gusta la palabra orgullo: orgullo de lo que somos, de lo que son nuestros amigos, de lo bien que hemos hecho un trabajo, de lo bien que hemos actuado, que nos hemos tratado. Pero cuando esa sensación eufórica, adquiere un cariz tiznado de tozudez e intransigencia, esa que raya el no-olvido, no-perdono, me cabrea.

Todos tenemos unos cuantos vales para equivocarnos, está escrito en nuestra definición: no somos perfectos. Y como tal, herimos sentimientos, decimos cosas que no quisimos decir, nos creamos opiniones erróneas y muchas cosas más. Pero también, evolucionamos con el tiempo, aprendemos de nuestros errores. El caso es que sino somos capaces de devolver una sonrisa cuando alguien nos pide el perdón correspondiente, nos convertimos en personas egoístas, perdemos grandes futuros y regalamos el derecho de no perdonarnos a cualquiera que hiramos inconscientemente.

Y no digo que haya que poner siempre la otra mejilla, porque en ese caso, llega un punto que nos metamorfoseamos de buena persona a persona tonta. Pero si que es muy recomendable dar votos de confianza, aceptar los perdones sinceros y regalar alegría. Seguro que a nuestra vida y nuestra conciencia le gustamos más sin ese orgullo cancerígeno.


Lo peor fue la desconfianza. No estaba segura, pero tenía la duda. ¿Y si todos los hombres fueran iguales? Los otros, los que había conocido antes que a Manuel, era así (egoístas, cobardes, hijos de puta, en fin), y por eso no se los había tomado en serio. [...] ¿Y si no había un hombre bueno sobre la faz de la tierra? A veces se imaginaba que en algún lugar del mundo había uno (un hombre bueno) haciéndose la misma pregunta. ¿Y si todas las mujeres eran unas putas? ¿Y sino había una mujer buena sobre la faz de la tierra?

El tiempo mientras tanto. Carmen Amoraga

2 comentarios:

  1. Eres una de las personas con corazon mas grande que conozco, ahora ya se que viene del antiorgullo. Gracias por desvelarnos el secreto. Un besazo.

    Sergio

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  2. Sergio: ¡Serás encanto! Gracias, lindo, lo mismo mismito referido a tí.

    Otro besote

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