sábado, 17 de noviembre de 2012

JUVENTUD ETERNA



Ayer, mientras el gran Manolo nos recitaba esos poemas monumentales que sólo él sabe desgranar, mientras participábamos en tres horas de pura alegría, en la que afuera se quedaba el mundo, los problemas, el pesimismo, la tristeza y las preocupaciones y dentro, sólo el arte, la poesía y la juventud de alma, tuve una revelación.

Me dí cuenta de que en este mundo, si conseguimos mantenernos a flote con nuestra dignidad y coherencia por bandera y seguir siendo cuerdos aún a costar de ser minoría y pagar el precio por ello, entonces, nada podrá evitar que nos hagamos inmortales, que los años no pasen, que la belleza no deje de inundar permanentemente nuestras vidas, que nos enamoremos de todos los instantes que protagonicemos, de nuestros amigos, de nuestras pasiones, de nuestro entorno. Que sólo hagamos lo que realmente queramos hacer.

Exige un esfuerzo inicial más o menos hercúleo, pero si lo conseguimos, seremos invencibles.

Intentamos por primera vez ser sabios cuando advertimos que no nacemos sabiendo cómo vivir, sino que la vida es una habilidad que es preciso adquirir, como aprender a ir en bicicleta o tocar el piano. 

Alain de Botton. Del Amor.

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