Un hombre se propone la tarea de dibujar el mundo. A lo largo de los años, puebla un espacio de provincias, de reinos, de montañas, de bahías, de naves, de islas, de peces, de habitaciones, de instrumentos, de astros, de caballos y de personas. Poco antes de morir, descubre que ese paciente laberinto de líneas traza la imagen de su cara.
J.L Borges
¿Nunca os habéis fijado que hay días que da la impresión que todas las madres del mundo se pusieron de acuerdo para dar a luz –y que madres de otros años siguieron la tradición-? ¿No os ha pasado que un día no felicitáis a nadie por su cumpleaños pero al día siguiente felicitáis a cuatro personas diferentes? ¿No tenéis incluso la impresión de que hay meses en que a todo el mundo le dio por nacer mientras que hay otros que hay un vacío enorme?
En mi caso, siempre he tenido la impresión que los veintiocho de cada mes era un punto atractor para los nacimientos increíblemente poderoso. Conozco hordas de personas nacidas en veintiocho de cualquier mes (empezando por mí, por supuesto). O, de toda la vida, he conocido a muchísima gente nacida de marzo a mayo, y casi nadie de noviembre por ejemplo. Últimamente, no paro de conocer a novembreros uno tras otro, uno tras otro…
¿Qué está pasando aquí? ¿Hay algo de verdad en todo esto o me estoy volviendo loca? Pues no, señores, ¡no del todo! Resulta que existe un teorema matemático que afirma que a partir de veintitrés personas –muchas menos de las que conocemos- hay una probabilidad mayor del 50% de que dos de esas personas hayan nacido el mismo día…
¡¡Aja!! Así que resulta que una cosa aparentemente algo esotérica tiene una explicación racional y matemática, me encanta, me encanta… Además, se ha de decir que luego existen cosas que acentúan más la conglomeración de los nacimientos como por ejemplo las cesáreas que caen en fin de semana o en festivo, los nueve meses después de celebraciones importantes como los Carnavales de Canarias o las fiestas de San Lorenzo en Huesca.
Bien, ¿y cual es la moraleja de todo esto? Yo veo dos muy claras: que fiarnos de nuestra intuición es mucho más fiable de lo que parece a primera vista y que, pensar las cosas por muy simples que parezcan con algo más de profundidad puede dar resultados asombrosos.
En estas páginas hay espacio para la reflexión, las bitácoras, los viajes estelares y los terrenales, las experiencias compartidas y todos aquellos instantes que hacen cada sitio, cada momento de nuestra vida, un lugar inolvidable. Bienvenid@.
We do not grow absolutely, chronologically. We grow sometimes in one dimension, and not in another; unevenly. We grow partially. We are relative. We are mature in one realm, childish in another. The past, present, and future mingle and pull us backward, forward, or fix us in the present. We are made up of layers, cells, constellations.
Anaïs Nin
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