lunes, 6 de octubre de 2008

METAMORFOSIS DEL VIAJE


Tras pasear ayer por las empinadas calles de San Francisco, ciudad llena de símbolos y símbolo de tantas causas, me vinieron a la mente las siguientes líneas, recogidas en "El infinito viajar" de Claudio Magris, y que me descubrió una buena amiga mía: Cristiñiña. Un beso también para ti.

En el viaje, desconocidos entre gente desconocida, aprendemos en sentido fuerte a no ser Nadie, comprendemos concretamente que no somos Nadie. Y precisamente, en un lugar querido que se ha trocado casi físicamente en una parte o una prolongación de la propia persona, esto permite decir, haciéndole eco a don Quijote: aquí yo sé quién soy.

Y es que yo creo que en el fondo viajar es eso: vivir tu vida tratando de abarcar el mundo. Tratando de descubrir el máximo de aspectos, experiencias, culturas, personas y lugares posibles. Todo ello para poder quedarte al final con lo que más te gusta de cada una de ellos. Y elegir, de entre todos los sitios, aquel en que te reconozcas, aquel en que sepas quien eres, aquel en que mejor se adapten las experiencias que te han curtido y te han hecho ser quien eres. Cito de nuevo a Magris...

Utopía y desencanto. Muchas cosas se vienen abajo, cuando se viaja; certidumbres, valores, sentimientos, expectativas que se van perdiendo por el camino -si camino es un maestro duro, pero también bueno. Otras cosas, otros valores y sentimientos se hallan, se encuentran, se recogen en él. Al igual que viajar, escribir significa desmontar, reajustar, volver a combinar; se viaja en la realidad, como en un teatro, desplazando los bastidores, abriendo nuevos paisajes, perdiéndose en callejones y deteniéndose delante de falsas puerta dibujadas en la pared.


Y vuelvo a estar de acuerdo. En la esencia del viaje hay una parte de pérdida indiscutible, una parte de tí desea seguir en el sitio que acabas de dejar, rodeada de la gente que conoces ya bien, y que han pasado de ser completos desconocidos, a buenos amigos, amantes o personas muy especiales. Pero precisamente, porque sabes que nunca hubieras conseguido todo eso, sino hubieras dado ese salto a una nueva etapa, sabes que tu nuevo lugar, te deparará momentos nuevos, algunos inevitablemente duros, pero otros, llenos de recompensas en forma de experiencias. Eso sí, no serás tú, será tu nueva persona, la persona que eres en el momento de empezar este nuevo viaje, y que ha perdido parte de la esencia de la persona que fue al punto de empezar la anterior, para ser esculpida en un nuevo personaje que comienza su función...

2 comentarios:

  1. No me creo que sea el primero en tomar tu barco !!!

    Pues eso... Naveguemos juntos... Me da a mi que va a ser una travesia muy interesante...

    Un abrazo.

    Manué.

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  2. MANU: Gracias por subierte a mi barco. Ya tienes billete reservado.

    Un besazo

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