Esta semana terminé mi curso de cata de vinos... No he aprendido mucho, la verdad, porque solo alcanzaba a intuir el vocabulario técnico. Sin embargo, ahora, todavía más, sigo teniendo la certeza de que uno de los mayores placeres de la vida, es tomarse un buen vino, con buena música, buena compañía y buena conversación. Todo de calidad.
Desde aquí, un besazo a todos aquellos con los que hemos arreglado el mundo, vapuleado las risas y soplado los llantos a golpe de vinitos infinitos. Os dejo un fragmento de uno de mis libros preferidos del maestro Benedetti:
Vivir Adrede.
Un trago sirve para creer que la vida es sueño, o que el mundo se tambalea sin motivo. Sirve para imaginar que la realidad no nos humilla, precisamente en el momento en que la implacable nos está hundiendo. Sirve para envalentonarnos en los pasos previos al amor y en ciertos casos para ahuyentar al amor con el mal aliento.
California, vinos, poesía filosófica... ¿has visto la película "Sideways" de Alexander Payne?
ResponderEliminarHombrerevenido: ¡Si! La vi hace un par de años, pero no me acordaba que pasaba aquí mismito. Me encantó esa película... ¡Gracias por recordármela! ¿Para cuando la versión oscense? Un besote
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