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Estos días, casi en el aniversario de mi regreso a España desde los Estados Unidos, otro golpe etéreo de nuevo apunta en la misma dirección, aunque a través de otra vía distinta… Tras sopesar mi situación actual, debo reconocerme que todavía no ha llegado la hora de embeberme en esa ciudad que me atrapó hace mucho tiempo y que me tira, me afloja y me tira… Aunque todavía puede haber sorpresas.
Y ante tanta marejada e ironía, una no puede dejar de preguntarse, ¿cuál es el extraño mecanismo por el que la vida te apunta un sitio pero nunca en el momento adecuado? ¿y cual es el motivo de este desvío de caminos en el tiempo? ¿Es que era necesario hacer un alto en el –ya conocido- Sur? ¿Es que tenía que arreglar, zanjar, limpiar, aprender y tomar opciones adecuadas aquí?
Si, se me ocurren bastantes razones… En estos meses que llevo por estas tierras redescubiertas, han ocurridas muchas cosas… me he reconciliado con viejas huidas, he conocido a gente apabullante, he vivido momentos muy especiales, he conocido el placer de trabajar a gusto, han renacido viejas amistades, se han clarificado otras que no lo eran, me he demostrado que está en mi mano trabajar en muchas de las cosas que me gustan y me apetecen, he dado un paso importante en mi propio abastecimiento personal para ser cada día más feliz… En definitiva, parece que unos meses aquí han cundido como años en otras épocas…
Se que vidita sabe lo que se hace y que le encanta ser irónica… También se que lo bueno se hace esperar… y llega, siempre y cuando nos esforcemos diariamente por vivir todos los aspectos de nuestra vida actual de la mejor manera posible.
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