EN EL CORAZÓN DE SEATTLE

Este fin de semana, aprovechando que hoy es el Presidents Day aquí en USA, hemos estado en Seattle, esa ciudad natal de Jimi Hendrix, cuna del grunge por un lado, o empresas tan asquerosamente forradas como Microsoft, Boeing o Starbucks, por el otro. Es curioso, porque aquí uno de los identificativos de las ciudades son las empresas que habitan en ellas-.

Seattle es una ciudad bastante activa, en el centro se respira una vida agitada con bastantes barecitos, restaurantes –para los que no hayáis estado nunca en este país, que haya bares o restaurantes en las calles es un lujo ya que en la inmensa mayoría de las calles, sólo hay casas, casas y más casas y si quieres ir a un bar, te vas a un centro comercial a las afueras con tu coche-, en una bahía rodeada de montañas, a unas tres horas de las frontera con Canadá, y con su el típico skyline –los rascacielos agrupados del centro- de cualquier ciudad de los Estados Unidos.

En este país, todo es a lo grande, una de las vistas más espectaculares es ver el Space Needle, una torre legado de la Exposición Universal con forma de platillo volador arriba, el skyline detrás, y el Mount Rainier, un volcán activo de -al loro- 4400 metracos detrás. Y es que, es cierto, aquí hay un gran vacío de historia humana – la construcción más antigua es de unos 200 años atrás y, por lo tanto, saben venderte en las visitas turísticas de las ciudades una maravillosa explicación de cómo construyeron una ciudad para evitar que el agua la inundara mostrándote unos hierros en un pasaje subterráneo- pero, a cambio tienes un legado natural apabullante. Existen auténticas catedrales de naturaleza. Así, a una hora en coche, puedes ver una cataratas preciosas, subir a un volcán mucho más alto que el Teide, ver horcas en el océano, o comer salmón fresquísimo proveniente de Canadá y Alaska.

Casualidades de la vida, el sábado también fue Valentine day –sin el San-, todo un fenómeno social. Las calles, las tiendas, los restaurantes, los barcos, los aviones… están plagados de corazones rojos, globos en forma de corazón, flores, bombones, tarjetas horterísimas… - A todo esto, ¿porqué el órgano del corazón es el símbolo del Amor? ¿Alguien tiene idea?- Absolutamente todas las personas con las que interaccionas ese día, sea el lugar que sea, exclaman efusivamente: Have a happy Valentine, darling! La verdad es que después de ver esto, te explicas muchas cosas, como por ejemplo, que aquí el 90% de la gente se casa antes de los veinte –claro, el 10% restante se plantea tirarse de un puente en días como éste- aunque después de los cuarenta, ese mismo porcentaje está divorciado una o dos veces, pero eso sí, celebrando Valentine Day con su trigésimo marido/esposa… Tétrico. Existe pánico a la soledad. No importa que tengas miles de amigos. Si no recibes una caja cutre de bombones el catorce de febrero, agárrate porque eres muy chuuungo/a, más o menos como Jim Carrey en esta magnífica película -Olvídate de mí-, altamente recomendable.