martes, 23 de junio de 2009

DE NOCHES MÁGICAS

Esta noche es la noche de Sant Joan o San Juan… la llamada noche mágica, la de la regeneración. Vamos una especie de reseteo en nuestra vida. Aquella en la que tenemos derecho a que se nos perdone y deber de cumplir nuestros sueños.

Recuerdo esta noche, en Huesca, cuando éramos pequeños y acabábamos de inaugurar las vacaciones. Solíamos subir al pueblo de mi padre y nos agrupábamos en tornos a diversas hogueras para asar sardinas y explicar historias… De hecho, tengo el nítido recuerdo de mi abuelo, contándome historietas en fabla aragonesa –de la guerra, supongo- hasta que me quedaba dormida. Os aseguro que no bastaba un milímetro más en el mundo para que aquello fuera perfecto.

Años después, mi experiencia en Barcelona, me llevó a vivir largas noches al borde del mar, con la juventud en la piel y mucho alcohol, guitarras, amistades, besos y amantes… Solíamos repetir el ritual año tras año: hacíamos dos listas de deseos, la de cosas pasadas, decepciones y malos rollos que queríamos desterrar de nuestra vida, y la de miedos que vencer, amores que conquistar, personas con las que volver a reconciliarte y todo tipo de deseo a cumplir. Quemábamos las dos listas: la primera, la echábamos a la hoguera, donde se consumía, se destruía todo aquello que no queríamos que viviera más; las cenizas de la segunda, eran arrojadas al mar al borde del amanecer… Simbolizaba que lanzabas tus deseos al ancho mundo a que viajaran, se esparcieran y… se cumplieran. Ahora que lo pienso, a lo mejor esto último provocaba que a personas diferentes se les cumpliera deseos diferentes... Pero qué importa, los deseos -sino muy avariciosos- son esperanzas, anhelos humanos…

Esta noche, yo voy a volver a hacer lo mismo. No tengo un mar a mano, pero encontraremos un sustituto. De hecho, acabo de escribir mis dos listas… Hasta ahora siempre me ha funcionado. ¿El secreto? Que en el fondo, no es nada esotérico. Que lo único que hacemos es prometernos a nosotros mismos que lo malo se quedará anclado en el pasado y que, con el empeño, la fortaleza y las ganas de ir a buscar lo bueno que deseamos que nos ocurra, hacemos que suceda. Un besazo para aquí a todos aquellos que todavía creemos en los sueños y en que puede ser posible. Disfrutad la noche mágica.

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