jueves, 5 de marzo de 2009

APUESTAS



Pensaba yo ahora mismito, que la gran mayoría somos muy poco conscientes de que tenemos una baraja completa en las manos y nos limitamos a usar un par o tres de cartas, sin ni tan solo pensar en sacarle el jugo a todas las demás.

Por ejemplo... ¿Quien o qué nos impide ahora mismo coger el primer avión con destino al lugar que nos venga en gana y empezar una nueva vida allí? Somos seres muy afortunados, hemos nacido en un país en que somos prácticamente de los primeros en disfrutar del total control sobre nuestras vidas. Y podemos caernos, equivocarnos y volver a empezar cuantas veces queramos. ¡Tenemos el derecho y el deber de labrar nuestra vida como más nos plazca! ¡No tenemos que rendir cuentas a nadie!

Así que ya nos estamos poniendo todos a pensar en planes descabellados y geniales que siempre hayamos querido hacer y nunca hubiéramos pensado que eran posibles. El que no arrisca, no pisca. Desde aquí un abrazo a Cristiñiña por regalarme este viaje a África y por ser un claro ejemplo de jugadora a manos llenas.


Mirando su tumba, pensé que su biografía es de las que producen un sentimiento de envidia. Vivió en un tiempo único y encontró su sitio en ese tiempo. Y murió como debe morir toda leyenda: en un campo de batalla y con valor. Mientras la mayoría de los hombres cabalgamos sobre la vida a duras penas, zarandeados por la fortuna o la mala suerte, hay algunos, muy pocos, que saben diseñar su propia existencia.

Vagabundo en África. Javier Reverte


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