martes, 24 de marzo de 2009

DELETREANDO

¿Quién no se ha pegado un viaje a la montaña cantando esta canción? Bueno, si no es el caso: ¿Quién no se ha pegado un día tonto jugando a las traducciones? Si, hombre, el divertidísimo juego de traducir nombre de famosos y sacar nombres tan buenos como Sara Piedra (Sharon Stone), Clemente Bosque del Este (Clint Eastwood), Nicolasa Niño Hombre (Nicole Kidman) o Juanito Profundo (Johnny Deep) entre otros -si os entra el gusanillo, cualquier día jugamos…-

Ahora bien, aunque el juego es tronchante –especialmente, si hay alcohol de por medio-, en la práctica, creo que es una de las cosas que más molesta: las traducciones de nombres propios. Los que tenemos letras autóctonas en nuestros nombres lo sabemos. Pero lo que más fastidia, es que afirmen que tu nombre no existe por el mero hecho de que su ordenador no tiene la dichosa letrita -tanto curso de deletreo para nada-. Desde aquí pido solidaridad con todas las letras raras de este mundo, en especial a los sufrientes orientales, griegos y rusos.

Os dejo con un homenaje -al estilo Gloria Fuertes- a esa eñe, pobrecilla mía. Cuidádmela (leñe)

En el idioma español,
la eñe es muy importante,
y en todo computador
debe ser una constante.

Tan importante es la eñe
que sin ella yo no sueño,
y aunque te parezca extraño
no me estriño ni me baño

Aunque sin eñe no hay daño.
Resultaría dañino,
que nos faltara el empeño
y no existiera el cariño.

Para mi linda limeña
no habría una piel de armiño.
Tampoco habría cabañas
para albergar a los niños.

Sin eñe yo no te riño,
y aunque tampoco regaño,
me sentiría muy triste
sin decirte que te extraño.

Sin sonido de zampoñas
sin beber un vino añejo
en una peña criolla.
¿Qué gracia tiene el festejo? .

¿Acaso habría buñuelos
o chuño para la niña.
Como lo hacía el abuelo
con sus trocitos de piña?.

No existiría el otoño
sin la eñe en nuestras letras .
Y tampoco habría moño,
donde prender las peinetas.

Parecía muy extraño
que Bill Gates no la pusiera,
quedaba como un tacaño
y cómo si tan caro fuera!

Bueno, basta de regaños.
Porque ya me vino el sueño
y aunque pongo mucho empeño
los ojos me hacen extraños.

Termino pidiendo a todos
los que hablan el español,
Defiendan la EÑE ¡Coño!
que así el idioma es mejor.

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